Perronautas by Greg Van Eekhout

Perronautas by Greg Van Eekhout

autor:Greg Van Eekhout [van Eekhout, Greg]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 978-607-527-751-6
editor: Océano Gran Travesía
publicado: 2018-08-10T00:00:00+00:00


Las primeras horas en el domo agronómico fueron un momento de curación, pero no de descanso. Margarita limpió las heridas de Campeona con su lengua y arrancó pedazos de un muro agrietado para fabricar una tablilla. Resultó que era buena para los primeros auxilios. Mientras, Ladito y Bicho trataban de calcular cuánto tiempo podrían resistir en el domo.

Bebían agua directo de las mangueras de irrigación. La comida era sólo el reducido suministro de Porciones Universales de Alimento que quedaba. Ladito había decidido arrastrar, empujar y arrear a Campeona todo el camino, en lugar de traer el último paquete de PUA por el que Campeona había arriesgado la vida. Se permitió una mirada culpable a las hileras de cultivos, donde había cavado un nido poco profundo para los huevos y lo había dotado con baterías de calefacción que había robado de los suministros médicos.

Pero antes de que no hubiera más agua y comida, iban a carecer de energía eléctrica. Habían vuelto a encender una de las lámparas solares, pero sólo lo necesario para alumbrar tenuemente y dotar al domo de un poco de calor.

Usando el lomo de Ladito como banco, Bicho escaló a la consola principal del domo. Pasó unos minutos examinando las lecturas, y Ladito pudo notar que no le gustó lo que veía.

—Las buenas noticias primero —comenzó Bicho—. Casi todos los sistemas del domo son independientes del resto de la nave. Lo diseñaron de modo que cuando se desprendiera para aterrizar en Escalón, siguiera funcionando. Tenemos gravedad, y los recicladores de aire del domo funcionan. Mientras no salgamos, tendremos aire.

—¿Y las malas noticias? —intervino Campeona, cojeando hacia él.

—Lo esperado. Estamos utilizando las baterías. El plan de la misión consistía en que cuando llegáramos a Escalón y el domo se separase de Laika, las baterías lo mantuvieran funcionando hasta que las celdas solares empezaran a absorber la energía del sol en Escalón.

—Y aún estamos demasiado lejos de la estrella para absorber energía —dijo Ladito, ahorrándole a Bicho el resto del discurso.

La mirada de Campeona era firme, pero su cola permanecía lánguida.

—Habrá que ahorrar baterías. Energía mínima absoluta de ahora en adelante. Quizá... de algún modo... se nos ocurra una manera de acercarnos más a la estrella.

—Tenemos que mantener la temperatura del domo o nos congelaremos —replicó Bicho—. Necesitamos gravedad, porque el domo no está diseñado como entorno de gravedad cero. No existen correas ni agarraderas suficientes para evitar que flotemos de aquí allá todo el tiempo.

Campeona lo miró.

—¿Qué más podemos apagar para ahorrar energía?

—Los refrigeradores —dijo Bicho, bajando la cabeza para no encontrarse con la mirada de Ladito—. Consumen muchísima energía. Ahorraríamos cuantiosa batería si los apagamos.

Ladito sintió que le subía el calor a la cabeza. Una cosa era perder los cultivos, pero esto era demasiado. Los refrigeradores mantenían vivos los embriones de corderos, cabras, cerdos y vacas. Cuando Laika aterrizara, debían ser parte tan importante de la instalación como los cultivos y la tripulación.

—Si apagas los refrigeradores perdemos el ganado —dijo—. Las vacas, las ovejas, todo.

Las orejas de Bicho se aplastaron.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.